martes, 23 de febrero de 2010

LOVE LETTER

Mi querido amigo, te escribo para decirte… ¡No! Así no debería comenzar, perdón, ha sido un comienzo estúpido y típico, pero eres mi mejor amigo, y lo que me está pasando es algo que no tiene nada que ver con lo que otras veces te cuento.

Qué ambiguo es el destino, un día se te presenta una circunstancia de infelicidad, y al día siguiente, todo ha cambiado, nadie sabe como ni por qué, pero es así, has cambiado tú y tu vida y nada ni nadie puede contradecirlo.

He conocido el amor desde una edad muy temprana y sé lo que ello conlleva, sé por lo que se pasa, lo que se sufre y lo que se disfruta. He encontrado el amor en tres ocasiones diferentes, y en dos de ellas he sufrido. Nada cambia nunca pues sigo sufriendo, no sufro porque las personas a las que amo no me amen, sino porque este sentimiento que embriaga mis sentidos, llena mi corazón y apacigua mi alma es tan intenso, que puede llegar a matar. La tercera… ¡Oh Dios! La tercera para mi fue lo mejor que me pudo pasar, mi corazón no encontraba límites para llenarse de ella, nunca conoció lo prohibido con lo que olvidarla, y todavía la sigo guardando en mi corazón, todavía me queda en mi recuerdo el perfume de su pelo, el claro color de sus ojos, como la mañana de primavera, despejada, sin nada que la turbe, sin nada que haga de esa mañana la más triste de la historia, en conclusión, sus ojos claros como el agua limpia, clara, cristalina… pero no quiero seguir tanteando el tema, pues siempre supe y siempre sabré que nuestro amor ha sido y será imposible, pues una gran distancia cubre nuestras vidas, y una gran diferencia entre ella y yo nos mantiene separados.

Y con esto quiero llegar a lo último, algo que ansías desde el momento en el que abriste esta carta, la razón por la cual te estoy escribiendo. Qué extraño el juego del amor, como hace que tu vida cambie por y para siempre. ¿Cómo es posible que algo tan insignificante como es una sensación, que solo los seres humanos somos capaces de captar y entender, pueda cambiarnos la vida, la perspectiva, las razones de pensar, las ganas de vivir o el sufrimiento al morir?

Puede parecer que me estoy andando por las ramas para intentar escaparme, pero lo único por lo que lo hago, es porque sé que lo que voy a contar quizá no lo entiendas, tal vez incluso llegues a comprenderme pero acabes incomodándote, pues incluso yo que conozco esa sensación sé como te puedes llegar a sentir. El amor… ¿por qué juega así con nosotros, no podemos ser felices sin algo tan pequeño? ¡No!, el amor no es pequeño, no es insignificante pues es capaz de llenar todo un corazón e incluso en ocasiones llena dos. El amor en esta ocasión me ha llevado hasta ti… ¡Sí, querido amigo! Me he enamorado de ti, ¿Entiendes ahora por qué te estuviera preparando para este sentimiento?, sé cuales son tus sentimientos, y no me asusta saber que tu corazón en estos momentos pertenece a otra persona, pero te ofrezco este sentimiento como amigo tuyo que soy, y porque sé que es muy especial sentirse querido. Ahora comprendo la razón por la que se me hace un nudo en el estómago al pensar en ti, ahora entiendo por qué me cuesta respirar cuando estoy cerca de ti, ahora sé lo que es volver a sentir el amor por primera vez. Sientes vértigo, no sabes que hacer, sientes como te ahogas, pero en mi interior siempre hay algo que me dice, que tú estarás ahí para salvarme, que tú nunca me dejarás caer en lo más profundo del pozo del sufrimiento. ¿Qué será lo que me ayuda a mantenerme de pie, será mi cabeza? ¡No!, es mi corazón, que vuelve a latir por alguien, que vuelve a sentir el amor. Para acabar, querido amigo, solo quiero decirte que para mí nuestra amistad siempre será lo primero, pero que ha llegado más allá, que nuestra relación, por casualidades del destino me ha llevado a quererte más de lo que pensaba que te podía querer. No sé si tú sientes lo mismo, no sé ni tan siquiera si alguna vez lo sentirás, pero me conformo con saber que te tengo cerca y que nunca, pase lo que pase, me abandonarás. Y antes de despedirme, solo quiero decirte que te quiero… que te quiero mucho y de verdad.

Un beso y un abrazo muy grande de tu amigo

jueves, 9 de abril de 2009

ABRIENDO SUEÑOS

Era verano...Oh dios, como recuerdo aquella noche. Era verano, para variar una calurosa noche de verano, y como rutinariamente, era la decimoquinta vez que cambiaba de posición para intentar dormir. Así que, me incorporé y me senté en el borde de la cama, desde la cual podía ver la ventana con vistas al jardín. Había que admitir, que jamas había cuidado muy en serio el jardín, pero esa noche se veía hermoso, desprendía paz y tranquilidad. También podía observarse la Luna, que esa noche menguaba hacia la izquierda, casi imperceptible ya, como la última fase de un eclipse.

Observé que Miel, mi gata, ronroneaba dormida a escasos metros de mi cama, en una cestita de mimbre muy cómoda que le compré hacia un par de años. Ahí se encontraba ella, con su pelaje naranja y estrías amarillas. Enroscada con su cola, dormía plácidamente. Me levanté, pues me di cuenta que esa noche no conseguiría dormir, entré en la cocina donde aún estaban los restos de la cena sin fregar, y todo patas arriba. Abrí el frigorífico, cogí una botella de leche y puse un poco en un vaso. Tras beberlo, fui al salón, esperando encontrar algo con lo que entretenerme. Quizá un libro, una revista o simplemente la televisión... pero me encontré con que tras dos horas buscando y medio leyendo cada vez mi mente se despejaba mas. Sin mas, me cambié de ropa para ponerme algo, puesto que aún seguía en ropa interior, cogí las llaves y salí a dar un paseo.

Eché a andar, sin un rumbo fijo, observando la tranquilidad de las calles, disfrutando de la leve brisa que comenzaba a levantarse. Seguí caminando sin parar, y tras quince minutos de inagotable camino, algo llamó mi atención en el parque de robles, situado casi a las afueras de la ciudad. Fue una luz pequeña, pero refulgente. A veces atenuada, como si centellease o se agitase. No tenia nada mejor que hacer, así que decidí echar un vistazo rápido. A medida que me acercaba, la luz se hacia mas y mas grande e intensa. Hasta que por fin, encontré su naturaleza... Me quedé extrañado y sorprendido, pues un grupo de mujeres semi-desnudas reían, cantaban y bailaban entre unas y otras. Y ellas eran las que emitían ese hermoso resplandor de color verde azulado. Pero sus voces... esas melodiosas voces armonizaban con frases del tipo "...canto de acero del bosque, brisa fresca del son. Cantemos con orgullo hermanas, demos a los faunos la voz."

Quedé maravillado escuchándolas cantar o viéndolas bailar, aunque en un principio no supe quienes eran. Por su apariencia y lo poco que leí, pude deducir que se trataban de Ninfas. Pero eso era prácticamente imposible, las Ninfas son seres mitológicos y de fantasía, ¿cómo podían existir? Realmente no lo supe y jamás lo sabré, pero ese momento era precioso e inolvidable. Tras un largo rato contemplando la escena, una de las "Ninfas" se percató de mi presencia. Armoniosamente, se me acercó me otorgó un delicado beso en la mejilla, cogió mi mano y me llevó junto a ellas, para verlas desde mas cerca. Tenia en su pelo, un pasador color ámbar con forma de hoja de roble, que me llamó muchisimo la atención. Todas parecían jóvenes, diría que chicas jóvenes de 18 años aproximadamente, pero todas ellas de una gran belleza. Por supuesto, le pregunté quienes eran, y susurrando, casi como un silbido me dijo: "Somos hijas de los árboles, señoras de los bosques... Somos Nemorias, descendientes de las Ninfas."

Nemorias, un precioso nombre, para unas preciosas mujeres. Pero, mi curiosidad no cesaba ahí. Quise saber mas, que significaba el nombre, que estaban haciendo, todo... Pero antes de abrir la boca, volvió a acercarse a mi oído para explicármelo todo.

- Las Ninfas, antiguamente eran el propio bosque, nosotras descendemos de ellas. Tras su largo letargo, su corazón y vitalidad se fueron apagando, pero hubo unas pocas que guardaron su corazón en los bosques. Y de ahí viene nuestro nombre. Bosque se dice Nemoris en latín, nosotras fuimos bautizadas como Nemorias, porque nacimos del corazón de las Ninfas de los bosques. Cada Luna llena, cambiamos de apariencia y dejamos de ser simples chicas, para llamar a los espíritus del bosque. Y tú, eres nuestro Dindene. Como nuestra inspiración. Hoy que por fin has llegado, nuestro hechizo funcionará.

Y me volvió a regalar con un beso, esta vez en los labios. Su beso, fue cálido y a la vez frío. Sentí el sabor que entra en nuestra mente con la llegada de la primavera, un olor dulce y un sabor sencillamente bello. La Nemoria volvió a unirse al grupo, y continuaron bailando. Poco a poco, el refulgente brillo fue tomando una actitud mas vivaz. Comenzaron a aparecer pequeñas hadas, se arremolinaban alrededor un montón de animales, algunos que desconocía, y otros ostentosos a la par que bellos como algunos ciervos. De repente vi como se acercaban unos hombres, pero vi algo extraño en ellos, no eran hombres normales, no al menos de cintura para abajo. Ciertamente, eran los Faunos a los que llamaban en sus canciones. Los Faunos, comenzaron a tocar melodiosas y divertidas canciones con sus flautas de pan, y ahora que las Nemorias habían dejado de cantar, comenzaron a bailar al ritmo de las canciones. Los animales y hadas de alrededor parecían alegres, pues se unieron a su causa bailando o trotando a su alrededor. Realmente fue todo un espectáculo maravilloso.

Jamás pensé que quedarme sin dormir una noche, me haría conocer criaturas que no creí conocer, y que hasta el momento daba por imaginarias. De nuevo, la Nemoria de antes, se me acercó, me agarró de la mano para ponerme en pie. Me dio un abrazo, otro beso en la mejilla y me llevó junto a los demás a bailar. Me sentí lleno de alegría, de vitalidad, sentí rejuvenecer, recordando momentos cuando solo tenia 6 años. Hasta que de nuevo, me volvió a besar en los labios, salvo que esta vez, no fue un beso ligero. El beso se hizo mas y mas intenso, sentí como agarraba mi mano y la cogía con fuerza. Y cuando terminó de besarme, me susurró de nuevo.

- Debes marcharte. No puedes estar aquí. (Me sentí extraño, hacia un momento me dijo que yo era la inspiración de ellas. Le pregunté que porqué, que se debía el deber marcharme. Su respuesta, aún clavada en mi cabeza no la podré borrar de mi mente nunca). Estoy enamorada de ti...

Cuando volvió a besarme, todo se hizo oscuro. Abrí los ojos, y allí me encontraba tumbado en mi cama boca arriba. Estaba durmiendo, solo fue un sueño. Noté que en mi mano, había algo, la abrí, y ahí estaba el pasador de color ámbar con forma de hoja de roble. Lo coloqué en la almohada, y sonriendo, volví a dormirme.

Al día siguiente, fui al trabajo. Y para sorpresa de todos, llegó una nueva chica a la plantilla. Era alta y pelirroja. Y en su pelo, un pasador color ámbar con forma de hoja de roble, brillaba en mitad de la sala. Me acerqué a ella, le pregunté por el pasador. Y su respuesta fue.

- ¿Este pasador?, lo hemos ido heredando las mujeres de mi familia. Fue tallado a mano, y es único en el mundo. ¿por qué lo preguntas? Por cierto, me llamo Nemoria, significa bosque en latín ¿y tú?...